viernes, 1 de junio de 2007

¡Malditos Probadores!

Dentro de unas semanas se casa mi hermana. Entre unas cosas y otras aún no he podido encontrar el traje de la boda, así que hace un par de días, aprovechando que tenía tiempo y no trabajaba, decidí afrontar tal empresa e ir a la búsqueda del traje perfecto para tal evento. El resultado fue desastroso. El hecho no es que el traje fuera excesivamente caro (que lo era) o que pasase de lo vulgar a lo extremo en pedrería (que también podía suceder), lo realmente desastroso de la velada fue la sensación de malestar con la que sales del vestidor. Las costuras no se quedan en su sitio, las carnes van ganando en flacidez mientras más te miras al espejo, la piel es cada vez de un color más blancuzco-amarillento que incrementa la sensación de flacidez en tu cuerpo y desasosiego en tu mente.
Yo no soy una persona obesa, no os equivoqueis, ni siquiera estoy "gordita" o "rellenita", soy una persona normal, con una talla normal (una 38, creo que no me salgo de la media, no?). El truco de todo esto no sé si está en los espejos que usan los vestidores, en la luz que tienen o es una combinación de ambas. Lo cierto es que en mi casa también hay espejos, y en la de mis padres, la de mis amigos ... y en todos me siento bien, con un poco de barriguita que todos soñamos con perder, pero bien. Me pregunto entonces: ¿Por qué todos, o al menos la mayoría, es una historia que ya he comentado con varias personas y a todos nos ocurre lo mismo,nos vemos tan fe@s, gord@s y torcid@s en los malditos probadores de las tiendas? ¿Qué sacan con todo esto?
Mi chica está convencida de que se trata de una especie de estratagema para que pensemos que los que estamos mal hechos somos nosotros, no los trajes que nos ponemos. Siempre dice que los vestidos deberían estar hechos para nuestro cuerpo y no nuestro cuerpo hecho en función de los vestidos. Yo, sinceramente, creo que tiene toda la razón del mundo, el problema es que si saliésemos a la calle con nuestro vestido más perfecto, nuestra piel, nos detendrían por inmorales. ¡Por inmorales nada más y nada menos! Sinceramente, no sé que es más inmoral, si crear seres perfectos bajo un canon totalmente preconcebido y artificial que lo único que conlleva son problemas de identidad, insatisfacción, inseguridad ... y vómitos, o aceptarnos con nuestras imperfecciones de fábrica, o construidas a base de bollería industrial, vestirnos con sacos que no raspen la piel y no volver a mirarnos en los espejos de un probador.